lunes, 12 de octubre de 2009

Flakvierling Sd.Kfz. 7/1

Dotado de gran movilidad y una elevada cadencia de fuego, el Sd.Kfz. 7/1 era un apreciado antiaéreo que utilizaba como base al semioruga más prolífico de la wehrmacht.


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Orígenes

El Sd.Kfz. 7/1 pertenece a la numerosa familia de vehículos semiorugas desarrollada por Alemania para su maquinaria bélica durante los años 30, que se convertirían en elemento esencial de mecanización para la Wehrmacht.

Tras la firma del ignominioso Tratado de Versalles, quedó vetado para Alemania la fabricación de material de guerra y su ejército fue severamente mermado y limitado, ya que no podía tener aviación, arma submarina ni artillería pesada, y se limitaba su número a 100.000 hombres y 4.000 oficiales. No obstante dichas limitaciones, en pocos años Alemania volvió a lanzarse al desarrollo y construcción de material bélico de la mejor calidad y moderna concepción, en especial tras la llegada de los nazis al poder en 1933.

Dentro de la revolucionaria concepción que para la guerra moderna había concebido el alto mando alemán, dos elementos destacaban sobremanera: la aviación y la mecanización de las tropas. La utilización conjunta de ambas armas, la rapidez de movimientos y la audacia de los mandos permitiría en la guerra fantásticos éxitos que sorprendieron a los propios alemanes.

En este sentido, ya en 1934 el mando se percató de la inexistencia de medios adecuados para permitir el rápido avance y traslado de la artillería de campaña. El transporte y tiro de las piezas se hacía por ferrocarril y tracción animal en la mayoría de los casos, implicando una exasperante lentitud que impedía llevar a la práctica las teorías de la Blitzkrieg. Es por ello que ese año el mando solicita a la prestigiosa empresa Krauss Maffei el desarrollo de un vehículo semioruga de 8 toneladas, requerimiento del cual nacería el Sd. Kfz. 7.

Para facilitar la producción y uso de los semiorugas, el ejército alemán creó seis categorías de ellos, de 1, 3, 5, 8, 12 y 18 toneladas. Estos valores hacen referencia no al peso o capacidad de carga del vehículo, sino a la capacidad de tracción del mismo. Estos fueron los semiorugas y su denominación en el ejército alemán:
  • Zugkraftwagen de 1 tonelada------- Sd.Kfz. 10
  • Zugkraftwagen de 3 toneladas ----- Sd.Kfz. 11
  • Zugkraftwagen de 5 toneladas ----- Sd.Kfz. 6
  • Zugkraftwagen de 8 toneladas ----- Sd.Kfz. 7
  • Zugkraftwagen de 12 toneladas ---- Sd.Kfz. 8
  • Zugkraftwagen de 18 toneladas ---- Sd.Kfz. 9
De tal forma, el Sd. Kfz. 7 se englobaba en la categoría de 8 toneladas de capacidad de arrastre, en un cierto término medio pero siendo ya un vehículo muy capaz.

Por otro lado, resulta sorprendente la profusión que de los vehículos semioruga hicieron los contendientes durante la IIGM, muy en especial los alemanes. Hoy día en los ejércitos modernos estos vehículos no tienen ninguna presencia, sustituidos en la mayoría de sus funciones por camiones ordinarios con tracción total. Pero la Wehrmacht creó una enorme familia de semiorugas, desde el mastodóntico FAMO de 18t hasta la pequeña moto semioruga, el Kettenkrad. Todos ellos tenían características notorias, con una capacidad de transporte y tracción soberbias, y un desplazamiento campo a través inmejorable, mejor incluso que los vehículos actuales. Sin embargo también tenían defectos serios, si no desde el punto de vista puramente técnico, sí desde el militar y estratégico: eran vehículos más costosos de construir que sus contrapartidas sobre ruedas, mecánicamente eran más complejos, lo que conlleva más costo de mantenimiento, más propensión a las averías y mayor tiempo de reparación; por lo tanto, menor disponibilidad. Además su velocidad punta era sensiblemente inferior a la de los camiones. Debido a estas desventajas, nos encontramos con unos vehículos óptimos, pero irremediablemente en mucho menor número que si se hubiera apostado por camiones. Además la propensión alemana a la especialización y prodigalidad de tipos y modelos acarrearía una complejísima y, a la sazón, caótica tarea logística para mantener a los innumerables tipos operativos en primera línea. Aunque hay que hacer notar que tal profusión de modelos es un auténtico paraíso para el aficionado.

Centrándonos en el modelo que nos ocupa y, como veíamos anteriormente, la casa Krauss Maffei se aplicó a la tarea de desarrollar el vehículo solicitado por el estamento militar. Para ello tomó como punto de partida su modelo KMZ 85, un desarrollo madrugador que databa de 1933, y que había convertido a la empresa en pionera en la creación de semiorugas a la vez que le otorgaba un válido modelo sobre el que adquirir experiencia. De hecho la relación de la marca con los semiorugas puede rastrearse inlcuso hasta 1928, cuando desarrolló su primer medio del tipo, el prototipo MS (m5).

El vehículo resultante fue denominado por la casa constructora como KM 8 y, una vez evaluado y aceptado por la wehrmacht, cambiaría su denominación por la de Sd.Kfz. 7, dando origen al semioruga más difundido en el ejército alemán durante la guerra, y a una pequeña familia de derivados del diseño básico. En efecto, el Sd.Kfz. 7 estaba destinado a la carga, arrastre de piezas artilleras y transporte de personal; pero utilizando su plataforma nacerían los siguientes tipos:
  • Sd.Kfz. 7/1, que disponía de un montaje cuádruple de cañones antiaéreos de 20mm.
  • Sd.Kfz. 7/2, donde la pieza antiaérea pasaba a ser un cañón de 37mm.
  • Sd.Kfz. 7/3 (o Sd.Kfz. 7/9 según las fuentes), usado como puesto de mando móvil para el lanzamiento de misiles V2.
  • Sd.Kfz. 7/5 Artemis, dotado de cañón antitanque de 76.2 mm de los incautados al comienzo de la invasión de la Unión Soviética.
  • Sd.Kfz. 7/6, destinado a la telemetría para unidades antiaéreas.
  • Montaje de cañón antiaéreo de 50mm Flak 41, del que sólo se hizo un lote de preserie.
El vehículo que nos ocupa es el Sd.Kfz. 7/1, nació como respuesta a la necesidad de dotar a los medios y columnas acorazadas germanas de un eficaz antiaéreo como protección frente a posibles ataques. El primer lote fue producido en abril de 1940 y se mantendría en fabricación ininterrumpida hasta el colapso de la maquinaria bélica alemana, viendo incrementada su producción a medida que avanzaba el conflicto y la wehrmacht perdía el paraguas protector que hasta entonces la había brindado la luftwaffe.


Descripción

Externamente lo primero que llama la atención del Sd.Kfz. 7/1, como de todo semioruga, es el híbrido sistema utilizado para el desplazamiento. En estos casos la tracción quedaba asegurada por las cadenas, manteniéndose el eje delantero libre y cumpliendo únicamente funciones de reparto de peso y de dirección, aunque limitada. Así, en el momento en que se accionaba el volante, el eje delantero se orientaba en la dirección deseada e inmediatamente después las cadenas eran frenadas asimétricamente para facilitar el giro.

Respecto a la disposición de elementos se utilizaba la clásica, con motor delantero, cabina de conducción y plataforma de uso en la trasera. La tracción, como hemos visto, quedaba encargada a las cadenas traseras. Éstas se componían de un tren de rodaje con rueda tractora delantera, seis ruedas de rodaje solapadas, y rueda tensora trasera. Es también clásico de los vehículos alemanes el uso de ruedas de rodaje solapadas, que implicaban un mejor reparto de peso sobre la cadena y una marcha más suave y cómoda. La contra era su mayor complejidad técnica y más difícil mantenimiento y reparación, ya que en caso de tener que sustituir una de las ruedas interiores se hacía necesario retirar previamente una o dos de las exteriores, con el consiguiente aumento de tiempo.

Pero si por algo era notorio el Sd.Kfz. 7/1 era por la plataforma y el sistema antiaéreo que portaba. Se trataba de un sistema cuádruple Flakvierling 38 de cañones de 20mm, asociados a un visor y a un montaje que permitía el giro de la pieza en los 360º. Asimismo el ángulo podía variar desde la vertical hasta varios grados por debajo del horizonte, limitado únicamente por el propio armazón del vehículo. Por último en los montajes existía un par de planchas metálicas que proporcionaban una protección limitada a los sirvientes de la pieza frente al fuego frontal.
El uso de la pieza requería bajar previamente los faldones de que estaba dotada la plataforma, aunque en la práctica solían dejarse bajados permanentemente para permitir el tiro inmediato en caso de ataque aéreo. Del manejo del arma se encargaba un único hombre, sentado por detrás de los cañones en un asiento que se movía solidario con el afuste, al igual que los dos asientos laterales reservados a los cargadores. Éstos se dedicaban a recargar frenéticamente los peines de munición en las dos piezas bajo su responsabilidad, para lo que tenían varios peines de acceso rápido en el mismo afuste, justo debajo de las armas, y cuando éstos se habían acabado recibían directamente los peines que les suministraba otro compañero que permanecía de pie sobre la plataforma, que a su vez los recibía desde abajo por aquellos que permanecían en el suelo junto al carro de municiones. Se creaba así una larga cadena cuyo único objetivo era mantener constantemente alimentadas las sedientas armas.
En cuanto al tirador, debía hacer uso de toda su pericia y maestría para manejar el arma. Justo enfrente de él, a la altura de la cabeza se situaba la mira para apuntar las armas. Esta mira se movía solidariamente con la elevación de las armas mediante un ingenioso mecanismo de barras de acero. A la altura de los brazos, en posición horizontal y accionada a mano, estaba la rueda que permitía el giro horizontal en los 360º. Junto a ella, pero en posición vertical estaba la rueda para controlar la elevación de la pieza, también accionada a mano. Apuntar el arma requería de una buena coordinación entre los dos brazos, uno controlando la altitud y otro el acimut, que además debía hacerse más rápido cuanto más cerca estuviera el avión a abatir, corrigiendo constantemente la posición de tiro, por lo que se requería de mucho entrenamiento para alcanzar resultados aceptables. Por último, para accionar los cañones el tirador debía hacer uso de sus pies, cada uno de los cuales se encargaba de un pedal para disparar las armas del lado correspondiente.

Historial operativo


Supervivientes en la actualidad


El modelo de Altaya



domingo, 11 de octubre de 2009

Panzerjäger Tiger (P) Elefant Sd. Kfz. 184

El Elefant fue uno de los mayores y más poderosos cazacarros fabricados por Alemania durante la IIGM. En la fotografía un Ferdinand, modelo que tras diversas mejoras pasaría a denominarse Elefant.


Orígenes

Los orígenes del Elefant pueden rastrearse en la denominación completa oficial del vehículo, "Panzerjäger Tiger (P) Elefant". La introducción de Tiger (P) hace referencia a que, inicialmente, el chásis del vehículo fue concebido para equipar al Panzer VI Tiger.
Durante el verano de 1941 el ejército alemán se lanzó a la invasión de la Unión Soviética en la Operación Barbarroja. A pesar del ímpetu arrollador de los primeros meses debido a la determinación de los mandos y soldados, su amplia experiencia, el factor sorpresa y la maestría táctica en la ejecución del conjunto, pronto quedaron en evidencia carencias en el arma acorazada de la Wehrmacht. Hasta entonces Alemania había disfrutado de victorias rápidas ante oponentes, en general, mal equipados en medios blindados. La única excepción había sido Francia, cuyos tanques eran superiores técnicamente, pero mal diseñados en el reparto de tareas de la tripulación y pésimamente utilizados por unos mandos anclados en el pasado.En las amplias estepas rusas los modestos Panzer II, III, IV y 38T se tuvieron que enfrentar a los excelentes T34 y KV1 soviéticos, siendo superados por éstos tanto en potencia de fuego como blindaje. Se hacía evidente que Alemania necesitaba de un nuevo carro para hacer frente a esta amenaza; fue así como nació la especificación que daría origen al fabuloso Tiger I. En la misma se pedía a las casas fabricantes de blindados Henschel y Porsche la concepción de un tanque de 45 toneladas armado con el cañón de 88mm; los diseños contendientes deberían presentarse el 20 de Abril de 1942, día del cumpleaños del Führer. Ambos vehículos compartían una misma torreta diseñada por la casa Krupp.

Prototipo presentado por Porsche al concurso que daría origen al Tiger I durante las pruebas a que fue sometido y que terminarían por otorgar el contrato al proyecto rival diseñado por Henschel.


Durante las pruebas se hizo notorio que el diseño de Henschel era superior al presentado por Porsche. Éste tenía la torreta en posición muy adelantada, por lo que en marcha por terreno accidentado debía girarla 180º para que el cañón no sufriera daños al chocar con el terreno. Además el de Henschel resultaba más compacto y de mejor manejo general. A todo ello habría que añadir los continuos problemas de fiabilidad del grupo motriz de Porsche, así cómo su extensivo uso de cobre en el mismo, material estratégico de disponibilidad limitada en el Reich que desaconsejaba su construcción en serie.

En este excelente perfil del Porsche Tigre se hacen evidentes rasgos típico del modelo, como la posición muy adelantada de la torreta (la misma que la utilizada en el Tigre I de producción final), y el chásis de tres bogies de dos ruedas cada uno, que posteriormente sería utilizado en el vehículo que nos ocupa, el Jagdpanzer Elefant.


Este revés sufrido por la casa Porsche no significó, sin embargo, el arrumbamiento definitivo del proyecto. La amistad que unía a Ferdinand Porshce con Hitler, así como el hecho de que ya se habían empezado a fabricar varias decenas de barcazas Porsche en la optimista presunción de que resultaría elegido en el concurso, hicieron al alto mando alemán proponer al fabricante el desarrollo de un pesado cazacarros tomando como base el diseño existente.

Del total de chasis fabricados por Porsche, doce quedaron dotados con la torreta Krupp y utilizados como carros Tiger para pruebas técnicas. Otro fue desarrollado como carro de mando, y tres más como carros de recuperación "Bergepanzer Ferdinand". Los restantes 90 se convertirían en cazacarros.

Imagen de uno de los carros de recuperación creados a partir del chasis de los Ferdinand.


Fue así como, finalmente, en noviembre de 1942 los ingenieros culminaban el proyecto que dotaba al nuevo ingenio de una gran casamata en la parte trasera del vehículo, armado con el poderosísimo cañón 8,8 pak 43/2 L71. Este modelo sería conocido como "Ferdinand" en honor a Ferdinand Porsche, y posteriormente, tras ser sometidos a ciertas modificaciones y mejoras, como "Elefant" por su tamaño colosal.

Un Ferdinand tal y como participó en la batalla de Kursk. Se hace notorio que el chasis es exactamente el mismo que el del perfil anterior, y sólo cambia la sustitución de la torreta por la casamata y el nuevo cañón, de igual calibre pero mayor longitud.


Descripción

Externamente lo primero que llama la atención es el tamaño del vehículo: más de 8 metros de longitud, 3,38 de anchura y 3 metros de alto. Además el aspecto macizo del vehículo resalta la sensación de poder y fuerza bruta.

El tamaño colosal queda patente en esta fotografía. Lo masivo del diseño acarreaba problemas de movilidad, pero le dotaba de un armamento y protección excepcionales.

A parte del tamaño, el peso también era descomunal: en orden de combate llegaba a las 65 toneladas, un auténtico mastodonte incluso para los estándares actuales.

Junto a sus dimensiones, era notorio por otras características singulares. Para empezar no tenía un motor, sino dos V12 de gasolina con 265CV cada uno; y además no transmitían su potencia directamente a las ruedas tractoras, sino que accionaban unos generadores eléctricos (Siemens typ k58-8 de 500 voltios) que eran los encargados de alimentar los dos motores eléctricos (Siemens typ 1495A de 230KW) encargados, ahora sí, de proporcionar el movimiento al tren de rodaje.
Por si esto fuera poco, los motores se hallaban en una posición singular. El proyecto inicial de Porsche Tiger tenía los motores en la parte trasera, pero al modificarlo en cazacarros y situar la amplia casamata en ese lugar, los motores debieron ser resituados y montados a mitad de vehículo. De esta manera se dividía el espacio interno en dos secciones: la de proa que alojaba al conductor a la izquierda y al radio a su derecha, y la cámara de combate en la trasera, donde residían los otros cuatro miembros de la tripulación: jefe de carro, artillero y dos cargadores.

Todo vehículo acorazado es una combinación de tres elementos: movilidad, protección y potencia de fuego. Como hemos visto la movilidad era el punto débil del Ferdinand-Elefant, su velocidad máxima apenas llegaba a 30km/h y la autonomía, en las mejores condiciones, se situaba en 150kms.

Las contrapartidas eran su excepcional pegada y protección:

El "alma" del tipo era el magnífico cañón 8,8 pak 43/2 L/71, capaz de penetrar un blindaje de 153mm inclinados 30º a ¡¡2000 metros!! A distancias menores se podían llegar a superar con facilidad los 200mm de blindaje inclinado. Debido a lo espacioso de la casamata la dotación de proyectiles era de 50 unidades, aunque este número era frecuentemente superado en combate real, ya que las tripulaciones estibaban proyectiles en cualquier rincón e incluso en el suelo del habitáculo para aumentar su persistencia en combate. Esta cifra no es baladí si se tiene en cuenta el enorme tamaño de los proyectiles como queda evidenciado en la siguiente fotografía:

Los seis miembros de la tripulación de este Ferdinand posan orgullosos junto a su máquina
y los enormes proyectiles que disparaba el L71.


La segunda de las virtudes del Ferdinand estaba en su magnífica protección. El blindaje delantero tenía un grosor de 200mm, mientras que los laterales y la trasera estaban protegidos por 80mm de acero. El blindaje del suelo alcanzaba 20mm y en el techo llegaba hasta los 30mm. Todo ello le convertía en un auténtico coloso, prácticamente impenetrable para los cañones enemigos, más aún si se tiene en cuenta que además el Ferdinand podía abrir fuego letal para el adversario a una distancia mucho mayor que sus contrapartidas soviéticas y occidentales.

No obstante el vehículo tenía algunas limitaciones inherentes al diseño. Además de la reseñada movilidad, hay que tener en cuenta que para poder montar semejante cañón en el chasis hubo de desechar la idea de una torreta. Esto provocaba que para apuntar el arma hubiera de ser movido todo el conjunto, de tal manera que se convertía más en una pieza defensiva que ofensiva. Además el modelo original carecía de ametralladora de casco, con lo que los infantes enemigos podían con relativa facilidad acercarse a los Ferdinand e inutilizarlos con granadas, lanzallamas o cócteles molotov. Tampoco tenían protección en las rejillas de ventilación de los motores, ni cúpula de visión para el jefe de carro, por lo que éste debía exponerse sacando la cabeza para poder tener una adecuada visión del exterior.

Por todo ello, tras la batalla de Kursk, los Ferdinand supervivientes fueron enviados a la fábrica Nibelungenwerk, en Austria, donde se les dotó de ametralladora en el casco (en la parte delantera derecha, servida por el operador de radio), cúpula para el comandante, un nuevo tipo de cadenas y el recubrimiento con pasta antimagnética Zimmerit. Tras estas modificaciones el vehículo fue denominado Elefant, y reenviado al frente de batalla.

Elefant dañado en combate, seguramente por la explosión de una mina. Son claramente visibles las innovaciones introducidas: ametralladora de casco, cúpula de comandante en lo alto de la casamata y aplicación de pasta antimagnética Zimmerit, que no llegaba a cubrir todo el vehículo sino sólo hasta la mitad de la casamata, a unos 2 metros de altura.


Historial operativo

Los Ferdinand estuvieron listos para entrar en combate durante el verano de 1943, coincidiendo con la ofensiva de verano del ejército alemán en el saliente de Kursk. Fue aquí donde se produjo la mayor batalla de carros de la Historia y el debut operacional del por entonces Ferdinand.

Un ferdinand en plena acción. Lo colosal de tipo y su aspecto imponente saltan a la vista.


En el combate se pusieron de relieve las bondades del diseño respecto a potencia de fuego y blindaje: los carros enemigos se veían impotentes de penetrar a la nueva bestia a distancia. De hecho no fue perdido ningún Ferdinand por acción de carros o cañones antitanque soviéticos. El cañón 88 L71 fue responsable de la destrucción de numerosísimo material. En la batalla tomaron parte 89 Ferdinands, encuadrados en los 653 y 654 batallones, que destruyeron 556 tanques soviéticos y más de 1200 cañones y piezas de artillería enemigas.

Tres ferdinand esperan pacientemente el momento de entrar en combate. Nótese cómo llevan el cañón asegurado con el trípode montado en la parte delantera. Esto se hacía para reducir el desgaste y posible daño que en los desplazamientos largos el cañón y su mecanismo de elevación pudieran sufrir.


Pero los defectos en la protección de partes vitales (como la ventilación de los motores, que los hacía vulnerables a metralla de artillería) y la ausencia de ametralladoras para defensa cercana, permitieron a la infantería rusa dar cuenta de algunos Ferdinands, a lo que hay que sumar los fallos mecánicos que lo aquejaron y obligaban a la tripulación que los sufría a abandonar y destruir el vehículo para que no cayera en manos enemigas.

Cargando munición en un Elefant a través de la trampilla a tal efecto situada en la trasera de la casamata. Destacan el tamaño del proyectil, realmente enorme, y los detalles del vehículo: pasta zimmerit, grosor de la escotilla, eslabones de repuesto, camuflaje a base de ramas y paja, y caja de herramientas posterior abierta, mostrando diverso material. El numeral del vehículo es el 332.


Los 50 supervivientes fueron mejorados y, rebautizados Elefant, volvieron a tomar parte en enfrentamientos en el frente del este y en Italia, para poner freno a la invasión aliada. Poco a poco las averías mecánicas, las minas y el desgaste en general de un vehículo nunca exento de problemas técnicos y logísticos, fueron consumiendo las unidades hasta la extinción de la especie en abril de 1945 durante las batallas al sur de Berlín.

Es de destacar la acción llevada a cabo por dos de estos cazacarros el 25 de noviembre de 1943, durante las operaciones en el frente oriental, en la que consiguieron destruir a 54 carros soviéticos por sí solos, lo que da una idea de que, bien emboscado y combatiendo a distancia, el Elefant era una formidable máquina de combate.

Un ferdinand/elefant bien emboscado siempre constituyó una seria amenaza para el avance de los blindados enemigos.


Supervivientes en la actualidad

Hoy día sólo quedan dos supervivientes de este modelo, un Ferdinand de los primeros tipos, y un Elefant con las mejoras introducidas a finales de 1943:

Ferdinand conservado en el magnífico museo de Kubinka, Rusia. El ejemplar fue capturado durante la batalla de Kursk en julio de 1943.














Elefant conservado en el museo Fort Lee en los EEUU. Fue capturado durante la campaña de Italia, en mayo de 1944. El ejemplar ha sido restaurado estéticamente en fecha reciente.










El modelo de Altaya

Altaya dio comienzo a su colección "Panzer" con este modelo. Se trata de un Elefant del 653º batallón de cazacarros, tal y como vio combate en Italia durante febrero de 1944.

A primera vista el vehículo es correcto, cumple con la escala 1/72 y las proporciones son las adecuadas. El modelo en sí, su camuflaje e incluso su numeral están claramente inspirados en el Elefant restaurado del Museo Fort Lee, ya que coincide plenamente.

Como puntos a favor destacan los elementos identificativos del Elefant, como la ametralladora de casco y la cúpula del comandante. Se han añadido eslabones de repuesto en el frontal y la trasera, como solía ser habitual en la realidad. Los colores del camuflaje y su disposición están bastante logrados. Se añade el detalle de reproducir extendida la pieza para blocar el cañón durante los traslados, y la antena de radio en la zona delantera derecha.

Como puntos negativos destaca, en primer lugar, la ausencia de pasta antimagnética zimmerit. Recuérdese que todos los Elefant fueron dotados con esta mejora.

Asimismo, los detalles están poco marcados, siendo en general simplificados para abaratar el proceso constructivo (cables y eslabones de remolque que forman parte sólida de la carrocería, escotillas y elementos poco definidos, herramientas que son simples protuberancias del chasis...)



Mi valoración global es de 6/10. Una lástima porque con la simple adicción del zimmerit hubiera ganado mucho.



Fuentes e imágenes:

http://www.freedom.hu/IIvh/Fegyverek/Nemet/Pancelosok/Tank/Pancelosok/Panzerkeil.dre.hu_PZVI.htm
http://anonymous-generaltopics.blogspot.com/2008/04/ferdinand-tank-destroyer.html
wikipedia, diversos artículos
"Carros de combate", editorial Salvat
Número 1 colección "Panzer", editorial Altaya
Archivo propio del autor.

Inicio e intenciones

Da comienzo este blog con la intención de recorrer brevemente la historia de los vehículos blindados y material utilizado por los ejércitos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Utilizando como guión los modelos de la colección "Panzer" de Altaya, intentaré profundizar en los datos e historia de estas armas y su uso.

Espero sea de tu agrado, un saludo